El Tunel

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El Tunel.
Impecable! Iluminado! No faltaba la publicidad en cajas de luz.
Desde el tunel no solo se podía cruzar la avenida, sino que además se podía ir hasta la otra esquina del mismo lado de la cuadra, como también cruzar en diagonal.
Eso fue lo que me confundió, y con tanta gente llendo de un lado a otro, a los pocos minutos ya estaba perdida...

Los papeleros

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Ayer me entrevistó el periodista argentino israelí Daniel Beller, y en la charla se dio que le comenté de este viaje a China y su blog de los recuerdos fotográficos.
Ya era hora de actualizar... desde diciembre que no subía nada.
A ver por dónde estaba?
Según la secuencia de las fotos, salí del centro comercial, sin el jarrón obviamente... jeje y crucé la avenida por debajo. Ahhhh! sí, fue algo complicado, por no poder entender los carteles, ir por el tunel correcto; pasó dos o tres veces que salí por el mismo lado que había entrado.
LOS PAPELEROS! si se fijan detenidamente, los dibujos de los caracteres son iguales, y eso significa que dice lo mismo en los dos papeleros, no me pregunten qué dice porque no tengo ni idea.
Pero queda claro que los papeles al papelero.
A nadie se le pasaban por alto, ya que el tunel estaba impecable!

Detalle del Gran Jarrón 1

Este es uno de los detalles que fotografié del gran jarrón, parece una simple escena familiar, pero seguramente debe representar aspectos culturales chinos.

El Gran Jarrón!

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Me quedé con las ganas de comprarme este gran jarrón. Fui y vine, pensando cómo me lo llevaba a casa. Tenía que llevarlo primero al hotel, y luego empacarlo y despacharlo para que llegara a Israel, y de la aduana a mi casa en Beer Sheva.  uff! complicado y muy costoso, por lo menos para mí.
Me tuve que contentar con fotografiarlo, y mirarlo, regresar al otro día para verlo otra vez e intentar convencerme a mí misma que me lo podía comprar... jajaja
Obviamente los chinos están acostumbrados a tener estos jarrones, y por eso le apoyaron unos escobillones jejeje yo lo sentía como una falta de cuidado, y sobre todo, que nadie se detuviera a contemplarlo.
La próxima vez que viaje, en lugar de analizar tanto, me compro un jarrón y me lo llevo cargándolo en la espalda si hace falta.

La vendedora...

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Esta vendedora fue puesta delante de mi cámara entre risas y empujones de sus compañeras de la tienda.
Finalmente, para recompensarla le compré una chaqueta para mi hijo. Regateamos un poco, y como yo no hablo chino y ella no hablaba inglés, y menos español ni hebreo, entonces el regateo lo hicimos con una calculadora.  Cada una marcaba en la calculadora el precio, yo que quería pagar, y ella el que quería cobrar.
Fue divertido!

Las vendedoras, tímidas...

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Si regresan a ver las fotos anteriores, verán que desde el puente donde estaba observando, se puede también entrar por el primer piso de un centro comercial.
Allí estuve, no solo fotografiando, sino también de compras.
En uno de los locales, intenté tomar algunas fotos, con las vendedoras, pero algunas eran tímidas.
Fue un momento de mucha risa, entre las vendedoras que me hacían señas que fotografiara a alguna de ellas,   y otras que escapaban de delante mi cámara.
Compré! y a muy buen precio, claro.

Observar desde lo alto...

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Desde el punto donde me encontraba, en el puente, esta especie de "peatón-pista", podía estar observando y fotografiando sin intimidar, molestar... logrando por un lado fotografías más espontáneas, pero también entrar, sin ser vista directamente, en la vída aunque sea por unos minutos de aquellos que pasaban por debajo.
Como este vendedor de rodajas de melón, con sus canastos , con su bicicleta.

Los vendedores de fruta 2

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Ésta es una toma muy parecida a la anterior, pero quise detenerme en esta escena y ampliarla, para así poder ver mejor sus rostros.  Estar más cercana al recuerdo que me ha quedado de aquel momento, y de los otros pasando por aquí... casi no recuerdo las formas y colores de las frutas "exóticas" para mí, lo que recuerdo es que me quedé un buen rato observando.  Por momentos se detenían compradores y por momentos la gente pasaba por delante de los vendedores sin detenerse siquiera a mirarlos, subiendo y bajando como si no estuvieran...

Los vendedores de fruta

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Los vendedores de fruta que estaban en los descansos de las escaleras.  Vendía unos frutos raros para mí, que no me animé a comprar y probar. Formas y colores desconocidos. Aromas extraños, agradables, pero extraños.
Pero la gente compraba, y comían frutas por la calle.

Los vendedores de sandías

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En la zona de la plaza del tren, se veían por todas partes, los vendedores de sandías.
En bicicletas, con el carrito detrás, las rodajas de sandía se veían frescas, dulces; llevaban un palito clavado, que hacía de sostén, y como quien come un helado, los compradores caminaban con su rodaja de sandía sin chorrear ni que se les caiga.
Más adelante, en la cronología de este recuerdo diario fotográfico, subiré una foto donde se ven a unos papás con su pequeño hijo, ellos vendían sandías, y llevaban a su pequeño.
Es de aclarar, que estas gentes se veían más marginales, con menos recursos.  Quizás pueda decir que están subempleadas, quizás son gentes del interior, llegados del campo buscando sustento en la ciudad, no se...
Muchas cosas me quedaron sin saber.

La vista desde arriba

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La vista desde arriba era lo más interesante.  Por un lado podía estar observando sin que los observados se sintieran acosados ante mi mirada, y sobre todo de mi cámara.
La vista desde arriba me permitía seguir con la mirada a tal o cual persona, alejarse, pararse, entra o salir de algún negocio, encontrarse con alguien.
Con esta foto, tengo aquella sensación de curiosidad por las vidas de cada uno de ellos, incluso me parece escuchar el ruido de los coches, y sentir el aroma de la fruta recien cortada para vender.

Creo que ya lo he comentado en algún otro post, este viaje a China va a quedar pronfundamente marcado a fuego en mi corazón.

El vallado separa y protege.

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El vallado, como ya lo comenté en varias fotos, estaba presente a lo largo de toda la calle, de uno y otro lado, e impedía que se pudiera cruzar la avenida.
En la izquierda de la foto la muchedumbre, en el centro el vallado, a la derecha una fila de taxis. Con tal cantidad de gentes el vallado es una suerte de protección; imaginar tal cantidad de personas cruzando de un lado a otro, que seguro el semáforo no sería suficiente para evitar que alguno o algunos no cruzaran apurados incluso cuando ya la luz roja no lo permite...
Mejor puentes. Desde el puente tomo esta fotografía, el mismo puente de la foto anterior.

La muchedumbre, sube y baja.

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Estas eran una de las imágenes comunes en la ciudad, en la zona donde me encontraba. El policía de la cuadra, en este caso del puente de la avenida; y la muchedumbre amontonada en las escaleras, subiendo y bajando.  Así cruzábamos las calles, ya que por debajo estaban los vallados que lo impedían.
Estos puentes también conducían a las entradas de los centros comerciales, desde el primer piso.

Las Promotoras

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Las promotoras, estaban por todos lados y a toda hora. No puedo leer y comprender sus carteles, pero en general promocionaban los hoteles de la zona, y los centros comerciales.
Recordemos que en China, yo estaba sola, sin intérprete, sin hablar chino, y las personas de a pie no hablaban inglés; por lo tanto no había una manera segura de poder comunicarnos con detalle.
Fueron horas de tomar fotos, sentarme y observar, tomar notas, y tratar de comprender qué estaban haciendo.
Mi primer noche en la ciudad, me encontré con las promotoras en la esquina de mi hotel, lo primero que pensé fue que eran prostitutas esperando clientes... pero estaban en todas las esquinas cercanas a la estación de tren, justo donde estaban los hoteles, y tenían folletos en las manos.  Cuando recibí sus folletos me di cuenta que promocionaban los hoteles.

El recuerdo fotográfico

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En la foto anterior comentaba que detrás de la escena principal de la foto, se desarrollaba una escena casi escondida que solo podía identificar gracias a la memoria.
El recuerdo fotográfico, el que nos queda en papel, en la tarjeta de memoria, o en la mente.
Allí, agachado, con cámara en mano pegada al ojo, alguien más registraba una foto.